La experiencia mística y la trampa del dogma: Reflexión sobre "El Canto del Pájaro" de Anthony de Mello
El ser humano siempre ha estado en búsqueda de lo trascendente, de aquello que se encuentra más allá de lo comprensible. Grandes místicos y pensadores han regresado de sus encuentros con lo divino intentando compartir su experiencia. Sin embargo, existe una limitación evidente: lo absoluto, lo infinito, es imposible de transmitir completamente con palabras. Un ejemplo claro de esta problemática se encuentra en una de las historias más profundas del libro El Canto del Pájaro de Anthony de Mello.
La historia del místico
En el texto, un místico regresa del desierto, después de haber vivido una experiencia íntima y transformadora con Dios. Los que lo rodean, ansiosos por comprender, le preguntan cómo es Dios. El místico, incapaz de traducir lo vivido en palabras, vacila, pero finalmente decide ofrecerles una fórmula. Sabe que esta es inexacta e insuficiente, pero espera que despierte en otros el deseo de vivir por sí mismos esa experiencia trascendental. Lo que ocurre a continuación es un reflejo de la historia de tantas religiones y filosofías: los seguidores toman esa fórmula —una mera representación incompleta de la verdad— y la convierten en un texto sagrado. Lo imponen como un dogma, incluso llegando a propagarlo en otros territorios y, en algunos casos, dar la vida por él. El místico, viendo esto, se siente profundamente entristecido. Su intento de compartir su experiencia se ha transformado en un sistema rígido que, en lugar de invitar a la experiencia directa de lo divino, se convierte en una prisión para la mente y el espíritu.
La paradoja de lo sagrado y lo profano
Anthony de Mello, a través de esta historia, nos enfrenta a una paradoja central en la espiritualidad: cómo algo tan personal y místico como el encuentro con lo divino puede terminar siendo encajonado en doctrinas, rituales y estructuras. Las religiones, en su intento por preservar y transmitir experiencias espirituales, a menudo caen en la trampa del dogmatismo, donde la fórmula o el símbolo termina reemplazando la experiencia directa. La historia del místico no es solo un relato de frustración, sino una advertencia: la verdad no puede ser contenida por las palabras. Cada ser humano debe emprender su propio viaje hacia lo divino, sin quedarse atrapado en las fórmulas que otros les ofrezcan. La palabra, el dogma, o el texto sagrado pueden servir de señal, pero no son el destino. La tentación de la rigidez El relato también nos recuerda cómo, a lo largo de la historia, los seres humanos hemos sentido la tentación de aferrarnos a las palabras, a los símbolos, como si estos fueran la verdad misma. Creemos que, si dominamos el lenguaje o los rituales, estamos más cerca de lo divino, cuando en realidad el verdadero encuentro ocurre en un espacio más allá de lo racional. Este tipo de rigidez ha dado lugar a guerras, persecuciones y divisiones. Lo que empezó como un intento sincero de transmitir una experiencia de unidad y amor puede degenerar en una forma de control, que coarta la libertad espiritual de otros. Anthony de Mello nos invita a cuestionar estos procesos y a recordar que la esencia de lo sagrado siempre trasciende las palabras y los sistemas que intentan capturarlo. El llamado a la experiencia personal Uno de los mensajes más poderosos de este relato es el llamado a la experiencia personal. El místico no ofreció su fórmula para que otros la convirtieran en dogma, sino con la esperanza de que, al escucharla, sus oyentes se sintieran inspirados a buscar su propia vivencia de lo divino. La espiritualidad genuina no es una cuestión de aceptar creencias, sino de vivir una experiencia directa, intransferible y transformadora. De Mello, a través de su obra, nos recuerda que cada uno de nosotros está llamado a encontrar su propio camino, a descubrir lo divino en nuestra vida cotidiana, y no conformarnos con la repetición de fórmulas o la aceptación de dogmas impuestos. La verdadera espiritualidad no se encuentra en las palabras, sino en el silencio que trasciende las palabras, en la experiencia interior que no puede ser descrita ni codificada.
Reflexión final
La historia tomada de El Canto del Pájaro es una invitación a la reflexión. Nos confronta con la pregunta de qué significa realmente buscar a Dios o lo trascendente. Nos invita a no quedarnos atrapados en las palabras, en los textos o en las doctrinas, sino a buscar la experiencia directa y personal de lo sagrado. Porque, como el místico del relato, todos corremos el riesgo de caer en la tentación de reemplazar la vivencia por la fórmula, y en ese proceso, perder el contacto con lo que realmente importa. El mensaje de Anthony de Mello es claro: la verdad última no puede ser transmitida por las palabras. Estas pueden señalar el camino, pero el viaje lo hace cada uno, en lo profundo de su propio ser.
Anthony de Mello